jueves, 22 de julio de 2010

Lunes 19 de julio







Hoy es el último día de Carlos en el curso de informática en Anuaritte. Intenta dejarse todo lo más atado posible y le explica a los alumnos que se va, ¿por qué?, no se quiere ir, pero las circunstancias mandan. Estamos cansados y la mañana se nos hace larga. Antonia, Carlos y el trío lalalá continúan en el curso, mientras que el otro trío junto con Dani (¡¡¡ tre bien!!!) continúan la pintura en la maternal. Al terminar, unos vamos a comprar paños para que nos hagan los trajes africanos (cuando terminen con el enchufado) y otros al artesanal a por los últimos detalles. Teresa permanece al lado de Carlos en todo momento (es más bonitaaaaaaaa!!!).

Comida y sin descanso a continuar con el curso de la tarde y con las colonias; hoy tocan brazaletes y collages para los peques. Las hijas de Joseph, que querían hacer el curso se quedan mirando a Carlos al ver que los demás iban a hacer sus pulseritas; les da permiso para saltarse la clase de hoy. Como siempre mucho trabajo con los niños, van llegando poco a poco y hay que volver a repartir “espaguetis” y explicar todo de nuevo. Pero es un momento maravilloso, aunque algunos monitores se dediquen a hacerse su propia pulsera; es normal y lo comprendemos, ¿verdad?

Fotos al terminar; cada vez nos cuesta más trabajo entrar en casa, la multitud de niños y monitores se agolpa en la puerta para una foto o para material para las pulseras. Oslieane viene para despedirse de Carlos, y mandar muchos saludos a los cooperantes del año pasado. Cada vez se entienden más, el francés de la “e” de Carlos parece funcionar, no sabemos como pero lo entienden.

Momento triste, vamos con los monitores a ver a la familia del niño de las colonias que se nos murió con tan solo siete años. La malaria, el paludismo, algo para lo que nosotros tenemos remedio y ellos al nacer ya lo llevan en la sangre (pero no tienen acceso a la medicación). Nos enseñan la foto del niño y algunos lo reconocemos, hasta ese momento no sabíamos quien era. Rezamos y palabras de Joseph y de la madre.

Esta noche también nos vamos a relajar; Carlos quiere que vayamos a probar el pescado de Douala, al barrio de Aqua. Todo un acierto; nos acompañan Miguehe y Joseph, vamos siete en cada coche; aquí es normal. Al taxi de Joseph le suenan todas las piezas, pero no importa, él se mete por sitios donde nosotros no meteríamos un todo-terreno. En la comida se suceden los brindis, y dedicatorias a Carlos por su partida. Emoción y control de lágrimas; Ángela y Miguehe toman la palabra para hablar de este camerunés. “Chicos, os voy a echar de menos”. Anicet llama por teléfono a Ángela, o al menos eso nos intenta hacer creer Miguehe; las bromas en torno a lo mismo se suceden. Claro que Iñigo tampoco se libra (cuando es capaz de parar de comer, ¡cómo está disfrutando el pescado!). Para variar nos intentan inflar la cuenta, pero ahí están siempre nuestros amigos del país para defendernos.

Al volver a casa se nos hace raro ver solas a las hermanas, siempre hemos comido con ellas. Estamos muy cansados. Teresa se queda a dormir con nosotros, lo hará en el cuarto de las niñas. Se queda con Carlos hablando hasta bastante tarde (para la hora de aquí) y a dormir que mañana el día será duro.

Hoy duermo en esta cama por última vez, bueno no duermo, son muchas las cosas que se me pasan por la cabeza. Tengo una mezcla de tristeza por dejar esto y de alegría por ver a mi familia; si estuvieran aquí no querría irme en bastante tiempo.

1 comentario:

  1. Tashi delek!

    Es normal que se haga dura la partida, pero está claro que nadie es imprescindible. O al menos eso es lo que estoy viendo desde el año pasado. Todas y todos aportáis vuestro granito de arena a este maravilloso proyecto. Algunos, además, aportan la experiencia previa, que sólo se alcanza "currando" como lo estáis haciendo todas y todos

    ¡Enhorabuena y Gracias por vuestra entrega!

    Saludos,

    Alberto Ruiz

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