jueves, 22 de julio de 2010

Domingo 18 de julio









Seguimos sin agua. Hoy nuestro baño será en la playa de Kribi. Nos levantamos temprano y a las siete partimos hacia nuestro destino. Las hermanas de Ndog-Passi nos han dejado un coche, así podremos ir todos. Bruno es el conductor de uno de ellos y Carlos el otro. Salimos y a las afueras de la ciudad el primer control policial. Nos gritan y no nos enteramos; no nos hemos parado en el metro exacto en el que ellos nos lo han dicho. Pasaportes, amenaza de multa para Carlos, le piden el carnet y Bruno le dice que no lo saque; un rato de charla; 1000 francos por debajo; no es suficiente; está haciendo su trabajo y encima vamos seis en el vehículo; otros 1000 francos y la cosa se soluciona. ¡Bien empezamos!

El viaje transcurre por unos paisajes preciosos, alguna cree ver incluso un tucán, lo cual es motivo de mofa durante un buen rato. El coche de Bruno (Dani, Lao, Merche y Rafa) recibe las explicaciones por parte del mismo. Carlos hace lo que puede. Después de varios peajes en los que los niños intentan vender de todo, llegamos a Kribi. Vemos a unos pescadores del lugar, la catedral y nos dirigimos hacia la playa en la que nos bañaremos. Es la de un hotel, así que tendremos que consumir algo para poder usar los servicios. Pecata minuta para nosotros, un lujo para los de aquí. Nos acompaña un sobrino de un párroco de Douala que está por aquí; es bueno que además de Bruno vaya alguien del lugar. Alguno de nosotros se encuentra raro así, hemos pasado de estar cooperando a ser turistas, pero es bueno que se conozcan todas las realidades del país y descansar un poco. De todas formas, ninguno elegiríais este hotel como destino de vacaciones, os lo aseguro. Bañito, ahogadillas, intento de surfing con las olas (sin tabla), fotos y para el embarcadero que hay que ir encargando la comida.

Vamos por la playa y parece que estemos en otro lugar. Al llegar al embarcadero nos sentamos y Bruno, Rafa y Carlos van a elegir el pescado. No hay demasiado porque los pescadores no han llegado todavía. Regateo, nos piden más por ser blancos y a sentarnos a esperar, que todo es “dusebant, dusevan”. El pescado muy bueno, pero como siempre nos inflan la cuenta de las bebidas y acompañantes del almuerzo. Carlos consigue ver a la madre de su amigo camerunés en Málaga. Le damos un tratamiento para la malaria, de la cual nunca se recupera porque compra las medicinas en la calle, y esas no suelen ser buenas. Antonia nos lo ha proporcionado. Además le damos una pequeña ayuda “ de parte de su hijo Jean Pierre”. La mujer es mayor y guapísima.

Rápidamente hacia las cataratas a darnos un bañito. Allí nos acosan para llevarnos en las canoas, pero no tenemos tiempo. Sólo baño para la foto y de vuelta que se hace tarde. Despedimos a nuestros acompañantes y nadie se quiere cambiar de coche, pero le toca a Jaime, y Rafa se une al coche de “gran hermano”. Los peajes de la vuelta, mucha más gente vendiendo en los mismos, pero no nos paran esta vez, nos ahorramos un disgusto y dos mil francos. Llegamos a Douala de noche, y la conducción nocturna se hace muy difícil; la atención del conductor blanco (Carlos) se multiplica por cien. Legamos sanos y salvos, pero reventados. Sigue sin haber agua, ha entrado algo pero no lo suficiente para poner el motor y que la suba a la casa. Mañana Dios dirá. Tampoco tenemos Internet de noche, así que cuesta mucho colgar el diario.

2 comentarios:

  1. Que bonitos paisajes los de Kribi y esos pescados aderezados con salsa picante....mmmmmm

    Me alegró mucho que Carlos encontrara a la mamá de Jean Pierre y le diera noticias de su hijo.

    No desespereis y a lavarse como los gatos.
    Besos.

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  2. Tashi delek!

    ¡Qué bella la naturaleza africana! Creo haber pillado el chiste del Tucán, ya que, si no me equivoco, es un ave que sólo se cria natural en América Central y del Sur (¡Qué pedante el Biólogo, je, je!). Aún así, supongo que disfrutaríais bastante del viaje y del paisaje.

    ¡Qué pillos los guardias! La corrupción es uno de los grandes problemas de África. Así no se puede levantar un país (véase España...).

    Bueno, continúo viendo el Blog.

    Saludos,

    Alberto Ruiz

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