Pequeño video de mis niños de Camerún. La mayoría de las fotos son mías, aunque alguna se la he "robado" a otr@ cooperante.
lunes, 30 de septiembre de 2013
martes, 3 de septiembre de 2013
Reflexión final
La verdad es
que me resulta cada vez más difícil hacer una reflexión de mis experiencias en
África.
El trabajo
realizado creo que se ha hecho muy bien, con mucho esfuerzo y con buenos
resultados, desde mi punto de vista. Entre todos hemos conseguido llevar a cabo
muchos proyectos pequeños, desde microcréditos, becas escolares, ayudas
familiares y a enfermos, ayudas alimentarias, …Gracias de nuevo.
Cuando alguien
me pregunta cómo me ha ido el viaje, suelo responder que bien, bastante bien, y
no cuento demasiado más. No sé si realmente interesa que cuente mucho. Estaría
horas hablando, sin parar, como cuando uno volvía de la mili. Quedarme me quedo
con ganas, pero uno no quiere ser pesado.
Ahora acaba de
pasar ya un mes que volví. Y, cuando mi Teresa, la familia de Serena, Miguehe,
Emilianne, Olivier o cualquier otro de los amigos y familia de Camerún me
preguntan por teléfono o por correo, no sé qué contarle de lo que estoy haciendo.
¿Qué les digo? ¿Que cuando volví me fui a tomarme una cerveza?, ¿Que a los dos
o tres días me fui varios días a las playas de San José a ver a mis padres y estaba
todo el día en la calle?, ¿Que después me fui a la feria de mi pueblo (Tabernas
Capital) y estuve cinco días tapeando y de cervecitas con mis amig@s?, ¿Que
luego estuve en mi casa del campo tranquilito en la piscina y casi con la única
preocupación de qué íbamos a hacer al día siguiente para comer, por si había
que comprar algo? Y no me he ido a la
feria de Málaga, ni a la de Almería ni he salido por ahí de comilonas o de
copas, que podía haberlo hecho. Pero …¿qué les cuento que hago?
Sé que nuestra
vida aquí continúa, y que nuestro ritmo de vida es el que es, pero creedme que
aunque haga todas estas cosas, cuesta trabajo… y uno no se siente del todo
bien. Este mundo sigue siendo muy injusto.
Hoy recibo
noticias de alguien que se va destinado a Guinea, de un traslado dentro de
Camerún a otra zona del país, y más ganas me dan de irme, aunque eso supone
abandonar momentáneamente a otras personas. Así que más dilemas dentro de mí.
Aunque este año, por diversos motivos, había decidido que me iba a dedicar sólo
a mí (y a los míos).
No sé si esto
sirve de reflexión final o no, sólo sé que son cosas que se me pasan por la
cabeza. Que tenemos mucho que agradecer por lo que tenemos, más o menos, y aprender
a valorar las cosas y las personas.
Gracias de
nuevo a todos los que habéis seguido el blog en esta nueva aventura, a tod@s
los que habéis colaborado para que nuestros pequeños proyectos se lleven a
cabo; gracias a todos los que me habéis apoyado, y a los que no, sus motivos tendrían;gracias a los que de una manera u otra habéis hecho posible que me pueda
embarcar en este viaje, sobre todo a mi mujer y a mi hija, y como no, a las MCI
lunes, 29 de julio de 2013
Domingo 28 de julio
Algo no me sentó ayer bien. Toda la noche dando
vueltas, y esta mañana he empezado mi peregrinar hacia “le toilette”. Hoy vamos
a ir a comprar algunas cosas para la vuelta y para la casa, y después a
despedirme de las hermanas de Ndogpassi. Allí saludo a las niñas de la Casa de
Acogida Aissa, y rápido para casa, que con tanto bache no sé si llegaré. He
tenido que suspender lo que tenía preparado para esta tarde noche porque no me
encuentro muy bien, pero nada malo, sólo cansancio acumulado con un pequeño
problema estomacal. Aparece gente a despedirme.
Hoy comienza en la casa un encuentro de jóvenes,
posibles aspirantes, así que hay movimiento por la casa. A las 8 se nos ha ido
la luz. Son las 10 y no ha vuelto. Ducha con linterna y a dormir, espero.
Ya parto mañana por la noche. Sentimientos
encontrados.
Besos y abrazos
domingo, 28 de julio de 2013
Sábado 27 de julio
A las nueve hemos quedado en el colegio para
terminar de recoger con los monitores todas las cosas de las colonias, volver a
montar las clases y hacer una evaluación final. Me han pedido que vuelva el año
que viene, y ya veremos que pasará. Despedidas, palabras bonitas, etc, etc,
etc. Terminamos sobre las doce, y vuelvo a llevar colgado a Olivier, que no me
suelta ni a sol ni a sombra. Emilian también nos acompaña, alguien con quién
poder tener una conversación decente y que me ha ayudado en muchas ocasiones,
tanto en las colonias como en mi francés.
Ahora toca bajar la colina e ir a comer a casa de
Rosalie, que me han invitado antes de irme. Si uno se siente otros años el
blanco de todas las miradas, este año más, porque aparte de estar solo, no he
visto a ni un solo blanco. Por las calles la gente se me queda mirando, es
normal, y se escuchan muchos comentarios de le blanch. En casa me espera mi
otra familia, de la que me va a costar mucho trabajo despedirme. Comemos e
incluso me tomo una 33, que es una cerveza camerunense muy parecida a las
nuestras. Todos pendientes de mí, y yo pendiente de los más pequeños. He comido
mucho, pero Rosalie quiere que siga comiendo; no quiero hacer feo, pero es que
no puedo y conozco mi estómago. Después de juego con los niños, de hablar,
bastante, volvemos a casa. Me acompañan Teresa, Esperanza y Johnson; a mitad de
camino le decimos a los más pequeños que se vuelvan a casa, y se han enfadado;
querían venirse conmigo, no han querido despedirse y se han quedado quietos
mirando de reojo como me iba. No se han movido en un buen rato. Ahora a casa a descansar. Si claro, habrá que recoger
y guardar todos los restos de materiales por si hacen falta el año que viene.
Bueno… Termino tarde y cansado, muy cansado, tengo unas poquitas de ansias,
supongo que de la comida, así que esta noche no he cenado.
Ya se han comprado unas rodilleras y unas coderas
para Olivier, para que las caídas sean más leves. Lo que no sé es como hacer con la cabeza, porque un casco de bici no creo
que se ponga. De todas formas lo intentaré. Al muchacho de las muletas, Alex,
que le dimos el año pasado la camiseta de bajar a la calle le vamos a comprar
material escolar, ya que asiste con regularidad al colegio y con interés.
A dormir. Bnmaqtqm
PD. Hoy ha sido la misa por mi amigo Antonio López;
no he podido asistir, pero a la misma hora me he metido aquí en la capilla para
pedir por su familia. Pilarica, muchos ánimos, “el López está con nosotros”. Os
quiero a tod@s
sábado, 27 de julio de 2013
Viernes 26 de julio
Hoy es el gran día. Terminamos las colonies de
vacances, y los cursos de informática e inglés. A las siete y media hemos
quedado para preparar las cosas. ¡No aprendo! Estoy yo sólo. Poco a poco
empiezan a aparecer los monitores y los niños. Preparo las cosas y a las nueve
hay una misa de inicio. Me hacen leer una petición, bueno, ahí va mi francés.
Al volver al cole, que está al lado de la parroquia, me doy cuenta de que me
han quitado la mesa que había montado con los materiales y han puesto el equipo
de música. Al lado cuatro mesas iguales y vacías; no me pidáis que os lo
explique, cosas como estas ocurren a diario.
Comienza la fiesta y todo va de maravilla, la coral,
los bailes, los teatros, incluso la canción de Macaco, Mensajes del agua, que
cantamos todos los monitores en español. Los problemas comienzan cuando vas a
repartir algo, se te echan todos los niños encima, literalmente. Da mucha pena tener
que decir que no a alguno porque quiere repetir, pero debemos dar una cosa a
cada niño, por lo menos. Hemos comprado unos paquetitos de galletas y un
chupachups para cada niño; se han ido casi quinientos paquetes.
Gracias a vuestras aportaciones hemos podido comprar
muchos de los materiales de las colonias, y les hemos dado su pequeño obsequio,
las galletas y chupachups, pero lo que yo si he tenido la suerte de llevarme es
el cariño de muchos de estos enanos que no me querían soltar ni un momento. Lo
siento, esa parte la he disfrutado yo, aunque yo os lo transmito. Ha habido un
momento en la fiesta que tenía a cinco chiquillas encima de mí; y todas
tocándome los pelillos de los brazos que les resultan curiosos.
A recoger, y para la casa que ya son las tres de la
tarde. En cuanto estamos listos Christelle y Teresa me acompañan a buscar a los
niños apadrinados por algunos de vosotros. Parece mentira pero no hemos tenido
tiempo, o no hemos podido o sabido organizarnos. Lo tenía que haber hecho el primer
día. Recuerdo la casa de una de ellas, voy directo, y por el camino me cruzo
con la chiquitilla de la familia, la he reconocido enseguida. Ella no se
acuerda de mí, sólo tenía tres años cuando me vio un día el año pasado; llaman
a la otra hermana, Grâce, que si me recuerda y le da mucha alegría verme. Fotos,
material escolar de parte de sus padrinos, y a buscar a Bryan. Preguntamos en
una esquina, y me quedo mirando a un niño, le pregunto y era él. Otra vez hemos
tenido suerte; cuando vamos a salir, preguntamos a la familia por el nombre de
otro de los niños, y resulta que era uno de los chiquitos que estaba jugando
con Bryan. Así que dos pájaros de un tiro. A la última niña no la encontramos,
nadie sabe quién es, y nos volvemos a casa, pero llegando se nos ocurre
preguntar, y a la niña que preguntamos resulta que es ella. ¡increible! Ahí
está con cuatro añitos vendiendo en su puesto aguacates. A todos los niños
apadrinados les hemos dado algo de material escolar, aparte de ayudarles a
pagar su escolaridad, que es lo que hacen los padrinos. Me ha dado mucha
alegría verlos a todos, pero ojalá que hubiera podido buscarlos antes. Ya me
tengo que volver a casa.
Hoy es viernes y llevo varios días de retraso en
escribir, pero estoy muy cansado. Mañana lo intento, bueno, ahora ya es mañana.
Mi Sarita tiene fiebre, y un ojo regularillo. Y su
padre lejos. Lo siento pequeña.
Jueves 25 de julio
Hay que levantarse más temprano todavía para volver
a Douala. Salimos a las seis de la mañana para intentar estar pronto en casa.
El viaje bien, como el de ayer, con las mismas sensaciones y con un poco de
impotencia de no poder hacer las fotos deseadas. Pero a la entrada de la ciudad
un gran atasco nos hace perder más de dos horas, que, acumuladas a las casi
seis que llevábamos encima, se hacen muy largas. Llegamos y rápidamente para
las colonias, a preparar todo para mañana.
Vuelvo a ver a mi Teresa, la he echado de menos
estos dos días sin verla. Viene corriendo a darme un beso. Enseguida se me
acercan muchos niños a saludarme, me cogen de todos sitios y no me quieren soltar.
Todos me preguntan que dónde estuve ayer, que se creían que ya me había ido.
¡Qué bonito! Rápidamente a trabajar, a
hacer muestras para la exposición de la fiesta mientras los demás ensayan. Esta
tarde ha venido a verme Patrick, de la ONG "Action Pour Tous"
; ellos van a empezar las colonias en agosto, me ha invitado y quería
ver cómo las estábamos haciendo. Espero que a ellos les salga tan bien como a
nosotros. Un placer, Patrick. Mañana ha quedado en venir a ver la fiesta.
Hoy he tenido una experiencia nueva. He acompañado a
Teresa a su casa y a la vuelta, en una moto taxi he intentado volver a casa.
Digo intentado porque he visto el atasco más grande de mi vida, motos y coches
en todas las direcciones, en todas. Parados sin vistas de moverse durante media
hora; hemos podido salir por encima de todos. No puedo explicarlo, ni podía
hacer tampoco fotos. Todo el mundo me decía: “eh, blanco, qué te parece, esto
es África”. Me dijeron más cosas que no comprendí y que no quise comprender. He
tenido una sensación mezclada entre miedo,
sorpresa, emoción.
Estoy en casa y con una bolsa llena de cartucheras
para vender, que me ha hecho la madre de Teresa, Rosalie, así que ya sabéis…
A preparar muchas cosas para mañana y supongo que a
acostarse muy tarde.
Ya queda poco, os veré pronto
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