Queridos
lectores del blog, gracias por vuestra presencia entre nosotras a través del blog.
Todo lo
bueno pasa rápido. Hace nada celebrábamos una fiesta muy bonita de final de las
colonias; luego la clausura de los cursos de informática e Inglés ¿os acordáis Rosario, Isa y Raúl? Hace tres
años vivimos juntos muchas cosas en Oyack. ¡Qué bien lo pasamos! Vosotros marcasteis
un estilo y, una manera de hacer muy
especial. Gracias al “cuarteto” por
tantos momentos agradables compartidos. Oyack os recuerda con cariño.
El lunes
se nos marchó Carlos, también con él hemos vivido muy buenos momentos
fraternos. Con él os envío nuestro más
grato recuerdo. Un abrazo a todos.
Querida Piedad: Es verdad que el verano en que "el cuarteto" estuvimos en Douala fue muy especial para todos. Aprendimos con todo y de todos, pero sobre todo de ti y del resto de las hermanas. Vuestro testimonio fue muy valioso para nosotros, y lo sigue siendo... Aunque ahora solo pueda ir Carlos, pero los cuatro seguimos teniendo nuestro corazon en Oyack. Un fuerte abrazo. Raul.
ResponderEliminarQuerida Mamá Piedad,
ResponderEliminarcomo bien dice Araceli en su comentario del día anterior, cuando algunos leemos este blog lo que nos sale es silencio... y en él, nos surgen los recuerdos de una experiencia única y especial... que marcó un antes y un después en nuestras vidas, porque sí que es verdad, aquella tierra tiene "algo" que engancha...
Es curioso porque aunque dejamos nuestro corazón en Oyack, lo trajimos mucho más grande todavía, gracias a la gente y a las hermanas que hacían de intérpretes de la lengua y de una realidad tan distinta.
Ahora que estoy en París estudiando, tengo la suerte de seguir hablando con Françoise y Marlyse (dos MCI africanas) y con Rosario de la Rosa (MCI española, Manchega para más señas) que también ha tenido la suerte de vivir y "con-vivir" más de 10 años con este pueblo y desde entonces no dejar de pensar en ellos.
Aunque este año, un trío del cuarteto, nos hemos quedado en tierra física, hemos acompañado a Carlos de manera virtual y espiritual, ya que parte de nosotros ha viajado con él.
Ahora espero, a mi vuelta, saborear lentamente los comentarios de nuestro querido amigo, ya que solo pude hacerlo con el plantán, los prunes y el pistache, que tan amablemente hizo Rosalie, y además ver las fotos muy rápido.
Aunque no nos dé tiempo a mucho... siempre hay un momento para el recuerdo... un detalle que nos hace pensar... sonreír, suspirar...
Un beso y gracias de nuevo a nuestra madre en África...
Rosario