lunes, 24 de agosto de 2009

sábado 22-8-09



Hemos quedado a las 8:30 en el comedor del hotel para dar cuenta del desayuno buffet al que también nos invita la compañía Air Maroc. Parece que se nos ha adelantado una muchedumbre porque no queda de casi nada (ni tazas ni vasos ni cucharillas ni servilletas... A las nueve, la furgoneta nos lleva al aeropuerto y nos ponemos manos a la obra para solucionar el asunto de nuestro vuelo Madrid-Málaga. En las oficinas de Iberia (donde la persona que atiende llega 40 minutos tarde) comienza nuestra pesadilla. De ahí nos mandan a Air Maroc, nos ponen el caramelo en la boca (nos dicen que pueden colocarnos en un vuelo directo Casablanca-Málaga que sale dentro de una hora) para quitárnoslo después de unas quinientas gestiones infructuosas y varios ensayos de los cien metros lisos: nos mandan de una persona a otra como si estuviéramos haciendo una prueba de un concurso televisivo (Rosario pregunta: ¿dónde está la cámara oculta?). Finalmente se cierra el embarque del vuelo Casablanca-Málaga y no hemos conseguido entrar… Volvemos al plan previsto: hay que conseguir que un billete de Madrid a Málaga. Llegamos a la zona de tránsito, después de no se cuantas indicaciones de derecha izquierda arriba y abajo, no solo no se ponían de acuerdo si no que todas eran contradictorias. Un señor nos escucha y ayuda, por fin. Nos soluciona todos nuestros problemas. Ya tenemos billete. Al menos eso pensamos. Ahora llega un momento crítico tenemos cuatro horas. Raúl propone ir a conocer Casablanca, Rosario tiene sus dudas, no quiere arriesgarse a perder el vuelo. Ahora Raúl dice que si vamos a comer al hotel con el ticket que nos dieron. Rosario lo convence para que nuestro nuevo amigo nos cambie ese ticket por un vale canjeable en la zona de restaurantes del mismo aeropuerto. Así que sin carreras, nos relajamos esperando a la hora de embarque. Nos vamos a la puerta y parece que lleva poco retraso… Vamos a ir escribiendo el blog...


Ya, que embarcamos… Por fin...


Pero nos toca esperar dentro. Casi dos horas sentados en nuestros asientos. Calculando, no nos salen las cuentas para llegar a Madrid con tiempo de tomar el vuelo a Málaga. Se cumplieron los presagios. Lo perdimos. Nada más salir una chica encantadora nos tranquiliza diciendo que nos dan el hotel y el primer vuelo del día siguiente, que es AirMarcoc quien tiene que responsabilizarse pero que ellos lo arreglarán todo. Vale pues ya está noche en Madrid. Nos dirigimos al control de pasaporte de la inmesa Terminal T4 y alguien agarra a Rosario por detrás de las trenzas… Se asusta, no se imagina quién es. Cristóbal y Marusella. Es increíble. Regresan de sus vacaciones. Abrazos, besos, risas y alegría, mucha alegría. Ellos también tienen el mismo planning. Duermen en Madrid y cogen el vuelo de las 9:30. Vamos al mostrador de Iberia, nos hace la facturación la misma persona que nos facturó en la ida a Casablanca, otra coincidencia. Exceso de equipaje. ¿De dónde venís? Le lloramos un poco nos deja pasar. Tomamos el bus al hotel. Cenita sándwich mixto y leche con croissant. A descansar.

Por cierto, gracias a todos por preocuparos por si hacíamos el viaje bien. No contestábamos porque no teníamos información. Bueno sí, pero cambiaba por momentos.

Bonne nuit et dormez bien.

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