Hasta pronto, Camerun

Las mesas y las camas llenas de bolsas a medio guardar. No se nos puede olvidar nada: los últimos regalitos para nuestros amigos camerunenses, los encargos de las hermanas de Oyack para España, envolver bien la mermelada de papaya y de piña para que no se rompa en las maletas (finalmente optamos por no llevar fruta fresca, hubiera sido lo ideal, pero es mejor no forzar demasiado ni tentar a la suerte…). Hoy es ya viernes día 21, y es que la compañía aérea nos dio otra tregua ayer y nos comunicó que el vuelo saldrá hoy a las 16:20. Dormiremos en Casablanca y mañana, sábado, si todo va bien saldremos para Madrid y de ahí a Málaga. Por eso el día de ayer fue más relajado, sin tantas visitas y despedidas. Por la mañana fuimos al dispensario de las misioneras en nuestro barrio de Oyack para despedirnos de sus trabajadores, que fueron nuestros alumnos de informática. De ahí fuimos al banco y después a NdogPassi, para despedirnos de la hermana Teo y de los cooperantes que todavía siguen allí: Alberto, Mónica, Cecile y Marie. Charlamos un rato y después nos desean buen viaje y que, por fin, salgamos de una vez. Vuelta para comer y por la tarde, después de una buena siesta nos ponemos con el equipaje y a escribir el blog de ayer, que vamos con un día de retraso y Carlos e Isa no nos lo perdonan. Se va la luz, seguimos con el portátil, pero vuelve al rato…

Bueno, nos llaman para salir. Ahora estamos algo nerviosos así que ya terminaremos en casa tranquilamente. Gracias a todos por acompañarnos en nuestras aventuras y desventuras de Camerún.

On va a l’aeroport. À la prochaine fois Camerún