Jueves 11 de julio

Hoy el desayuno ha sido raro, porque no estaba ni Isabel, que ayer partió, ni Piedad, que iba camino de Yaundé, ni Cristelle, que iba a pedir unos papeles.

La informática como siempre, yo solo y mi compañero que de vez en cuando asomaba la cabeza. Los pequeñitos son muy difíciles de llevar, ya que cuando no estás encima de ellos, se distraen con cualquier cosa. Empiezan las complicaciones, porque muchos de los adultos están terminando, mientras que los pequeños no. Y empiezo a no saber qué hacer, si avanzar o esperar. Ya saldrá algo.

Jonhson, hermano de Teresa, se ha pegado también a mí como una lapa. Me alegro mucho, pero a la hora de entrar en casa no sé cómo decirle que se tiene que ir. No sé cómo, ni quiero, pero es así.

Las colonias, juegos de todo tipo. Competiciones, ludo, bingo, la silla, …, y a hacer muchos globos como premio para los ganadores. Caramelo y globo. Lo malo es cuando te siguen el resto para pedirte que les des a ellos; “done mua, done mua” “tontón Carlos, done mua”, y se te parte el corazón decirles que no, y además decírselo de forma tajante. Porque poniéndonos en su lugar… ¿Qué y cuánto pediríamos nosotros? …

Buena evaluación, cada uno dando distintos puntos de vista, pero creo que todos con razón. Para mañana, se ha pensado brazaletes y dibujos y proyección para los más pequeños.

Hoy se ha caído Olivier dos veces. Madre mía, que fuerza de voluntad. Con cada uno de sus porrazos seguro que nosotros nos dábamos de baja varios días, y él se repone al rato y ahí está al pie del cañón. Vamos a buscarle unas rodilleras y unas coderas para que le protejan algo, al menos hasta que se le rompan. Triste.   Recuerdo a todos que Olivier es un muchacho con parálisis cerebral y ataques epilépticos. Yo hay veces que me quejo de que siempre lo llevo pegado, y es así, pero me parece todo un ejemplo de superación para muchos de nosotros. ¡Ole por ti, Olivier, y gracias!

Estoy cansado, pero muy bien.

Hoy es el cumpleaños de Juana, muchas felicidades.