Hoy nos levantamos un poco más tarde; desayunamos a las ocho y ya están las niñas preparadas para irse. Aparece Joseph con su taxi y las recoge junto con Florette que va a llevarlas. Adiós Merveille, adiós Raisha; mientras se queda sola Vicky, que vendrán esta tarde a por ella.
Aparecen nuestros compañeros de Ndong-Passi para utilizar Internet y comunicarse con los suyos; los dejamos en casa porque nosotros vamos camino del Artesanal, para realizar algunas compras. Eso implica que Carlos tiene que volver a conducir, y no os podéis hacer una idea de lo difícil que es eso, por mucho que lo digamos. Encima lleva lloviendo desde la madrugada. Llegamos a nuestro destino, y en seguida aparece gente de la nada para que entremos en sus puestos para comprar. Tantos puestos, y sólo una persona más comprando; así no pueden salir adelante. Al parecer muchos se pueden tirar hasta semanas sin vender nada. Nosotros vamos dirigidos por Piedad, que es la mejor para el regateo. Se sienta con ellos y ella va poniendo los precios, que desde luego distan mucho de los que nos dan a nosotros. Hay dos partes en el Artesanal, una de figuras de madera y otra de las telas. Pasamos por las dos pero vamos directamente a los puestos que Piedad sabe que nos van a hacer mejor precio.
Toca volver, así que comienza de nuevo la aventura; llegamos al punto clave: la cuesta. El coche puede resbalar con la tierra, los baches, la gente pasando, las motos, los carritos con cosas; llegamos bien, ¡uff!
Carole nos tiene la comida preparada así que al lío, que esta tarde a las tres tenemos la boda de la hermana de una novicia. Bueno es a las tres, pero van a dar las cuatro y no hay casi nadie y mucho menos los novios. ¡Que vienen, mira, échales una foto! Entramos y comienza la ceremonia; los cánticos y casi bailes se suceden. Cuando se dan el “sí quiero” los gritos salen de todos los asistentes. Al acabar nos hacemos foto con los novios y empiezan a bailar en la iglesia, es un espectáculo. Algunos de los monitores de las colonias están por aquí y se acercan a saludarnos. Permanecemos un ratito en la calle porque nunca podemos hacerlo y hoy estamos con la gente de la boda.
Entramos en casa e Isa se pone a cortarle el pelo a Piedad; echamos un rato de risas, y para variar le queda bien. Nosotros ni nos hubiéramos atrevido a coger las tijeras, pero ella es una manitas. Es temprano así que escribimos, concretamos lo que vamos a hacer y vamos a ver si podemos colgar las cosas en el blog.
Ahora nos arreglaremos y nos iremos a la Botellita de Camerún; bueno, mejor vamos a quedarnos en casa.
De nuevo gracias por vuestros comentarios, no os respondemos porque sois muchos
Besos a todos y hasta mañana
Besos a todos y hasta mañana
Dale muchos besos a Piedad (aunque no la conozco) por cuidaros tanto... si es que siempre lo hemos dicho vayamos donde vayamos que estén nuestras hermanas, estamos como en casa, ese carisma las hace especiales por eso somos muchos que ya no sabriamos estar sin ellas... porque se han convertido en nuestra familia, las conozcamos o no!!!!!!
ResponderEliminarEse "Adelante siempre Adelante" han sido capaces de hacerlo bandera en todos los que las conocemos y las queremos...
Piedad te ha dejado preciosa la peluquera,sabes que cuando vengas a España tienes que venir a visitarla, ¿vale?.
ResponderEliminarDe acuerdo con lo que dice Maru, pero yo quiero acentúar ¿qué podríamos hacer las M.C.I. sin vosotros?, esto es mutuo,nos complementamos, ciertamente se ha creado una familia, la familia de Nazaria, lo que ella soñara.
Adelante, nos seguimos gozando diariamente con vuestro trabajo, con nuestra misión. Besos
Llevo días siguiendo el blog y nunca he hecho comentario alguno porque, como dicen, cuando algo te llega de verdad es difícil expresar los sentimientos con palabras, y el único sentimiento que hubiera podido expresar sin necesidad de buscar cómo hacerlo es el de la envidia que me dáis (y no es en su totalidad esa a la que llaman "envidia sana"). Solo el pensar que hubiera podido estar ahí con todos me hace sentirla, pero como se suele decir "no estaría de Dios que esta fuese mi oportunidad".
ResponderEliminarNo puedo dejar de felicitaros por poder vivir esta experiencia que quedará sellada en todos de por vida, incluidos los que día a día seguimos vuestros comentarios (a esto se le llama estar en comunión aunque sea en la distancia, por ejemplo en nuestras oraciones -porque yo pido todos los días por vosotros y por todos los que formáis, como dice Dolores, la familia de Nazaria-, y en lo que podemos). De eso estoy completamente segura. No hay más que ver las caras de felicidad que tenéis. Seguro que más que enseñar lo que estáis es aprendiendo de toda esa gente a la que estáis dedicando todo vuestro tiempo.
En unas horas llegará Raúl, al que ya le hemos encargado de que todo lo que haga que también lo haga en nuestro nombre porque con él hemos dejado que viaje un trocito de nuestros corazones.
Bueno, y ya no me enrollo más, que tengo que dejar palabras para otro día ¿no?
Besos fortísimos desde Málaga.
Por cierto, que soy tan bruta que ni me he presentado. Soy Valle, amiga de Raúl y seguidora de esta misión de la que me hubiera gustado participar activamente.
¡ Que Dios os bendiga por todo !
Vuelvo a ser Isa. Ya me lo he leido todo y vaya pasada. Por cierto Isa te quedan muy bien las trenzas y a ti también Rosario, a ver si son capaces de hacérselas tambián a Carlos. rosario cuando llegues me tienes que enseñar cómo hacerlas y yo también me apunto. Todo me parece una pasada y ahora ya no tengo más palabras para felicitaros por lo que estáis haciendo. Rosario cuando leais esto ponme algo en el diario para que yo sepa que os ha llegado porque como estoy pegada de informática no tengo ni idea de si lo estoy haciendo bien. Un besazo.
ResponderEliminarTashi delek!
ResponderEliminar¡¡No os perdéis nada!! ¿eh? ¡¡Hasta una boda!! Bueno, supongo que os habrá venido bien tener alguna actividad "social" para recargar fuerzas ¿verdad? Lástima lo de la "Botellita", os habría venido bien un poco de "marcha"... Bueno, ya haremos alguna escapadilla a vuestra vuelta.
Recibid los saludos habituales...
Alberto