Martes 23 de julio

  Esta mañana nos hemos levantado muy temprano para ir a recoger a Florette y a Anni que terminaban un retiro de ocho días. A las nueve ya estaba de vuelta en el curso de informática, aunque me he encontrado un poco perdido al principio con lo que estaban dando. Al final me he enterado y he sido capaz de explicarlo luego. El viernes haremos la entrega de diplomas a la vez que la fiesta de las colonias.

Al llegar a la casa Christelle se ha ofrecido a acompañarme al dispensario. Es el primer día que ando de verdad por el barrio, pero con tan mala suerte que hoy ha llovido después de cuatro días sin hacerlo. Así que no había muchos niños en “las calles”. En el dispensario (especie de ambulatorio, para el que no lo entienda) todos me han preguntado por Teresa Linares, así que nos hemos hecho una foto de grupo para ella.

La tarde ha transcurrido bien, con cada grupo de niños ensayando una actividad diferente, teatros, bailes, desfile de moda, coral, … y yo haciendo pulseras con un número pequeño de niños para ponerlas de exposición el día de la fiesta.

Hoy mi Teresita estaba muy triste. También es el último martes que paso aquí, y creo que ella también lo ha pensado al igual que yo. Así que se ha ido con mucha pena a su casa, aunque creo que con más me quedo yo.

Hoy somos seis para cenar en casa, cinco hermanas y yo “entre todas las mujeres”.

Vuelvo a sentirme muy cansado, pero muy bien.

Tengo muchas cosas que hacer y el tiempo se acaba, desde concretar dónde se va poner el grupo electrógeno, visitar a los apadrinados, comprar los encargos, y cumplir con los compromisos que aquí van surgiendo. El tiempo se va, y dentro de poco, yo.

Tendría muchas cosas que contar, pero la prudencia y, sobre todo, el cansancio me dicen que cuelgue ya esto y me vaya a la cama.

Besos y abrazos